

El informe sobre los Futuros de la Educación es una oportunidad para apartarnos de nuestro actual «camino insostenible» en materia de educación y construir nuevas relaciones, entre nosotros, con el planeta y con la tecnología, escribe David Atchoarena, director del Instituto de la UNESCO para el Aprendizaje a lo Largo de Toda la Vida, en su última entrada del blog.
El 10 de noviembre de 2021, el esperado informe de la UNESCO, Reimaginar juntos nuestros futuros: un nuevo contrato social para la educación; resumen, se presentó en París en la Conferencia General de la organización. Fue elaborado por la Comisión Internacional sobre los Futuros de la Educación bajo la dirección de Su Excelencia Sahle-Work Zewde, presidenta de la República Democrática Federal de Etiopía.
El informe continúa los pasos del informe de la Comisión Faure de 1972, Aprender a ser: la Educación del futuro, y del informe de la Comisión Delors de 1996, La educación encierra un tesoro. Debido a los rápidos cambios en nuestro mundo globalizado y a la creciente importancia de la educación y el aprendizaje a lo largo de toda la vida en él, el informe de este año no podría llegar en mejor momento. Desafíos globales como la crisis climática, el cambio tecnológico y demográfico, y las desigualdades exacerbadas por la pandemia del COVID-19 requieren una acción urgente. El mundo se encuentra en un punto de inflexión, afirman los miembros de la Comisión Internacional sobre los Futuros de la Educación: podemos continuar por el actual «camino insostenible» o cambiar radicalmente de rumbo. La forma en que respondamos a estos retos determinará el futuro que nos espera.